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Vida Ascendente (Colombia) en camino a "Laudate Deum!"

En Asís, frente a La Porciúncula, Antonio Caschetto, Animador Laudato Si´ entonó el Cántico de las Creaturas en umbro, un italiano antiguo de la región de Umbría. La melodía corresponde al himno que, el Santo Patrono de la Paz y de quienes cultivan la ecología,  entonó en aquel amanecer, en el que casi ciego, alabó al Creador por sus creaturas.  Para viajar en el tiempo, deja que el “poverello” acaricie tu alma, con esta canción que le da el título a la encíclica que el Papa firmó en el Pentecostés de 2015 para invitar a creyentes y no creyentes a cuidar el Planeta como nuestro hogar común.

Junto con mi esposa Andrea habíamos participado del Encuentro de Vida Ascendente en Madrid, un par de semanas antes. Por eso fue muy iluminador saber que el nombre “Assisi” (Asís) está relacionado etimológicamente con ascender la montaña en la que está ubicada tan preciosa Villa, pero también metafóricamente con la “ascesis”, el camino espiritual de todo cristiano. !Eureka! Asís es todo un símbolo de vida ascendente.

Seguramente todos hemos subido alguna vez a una montaña y hemos sentido a Dios presente allí como Elías, Moisés o María. El Monte del Sermón, de la Transfiguración, el Gólgota, escenarios para re-crear la vida, pasión, muerte y resurrección del Señor. Hoy la Iglesia nos invita a caminar juntos, a transitar, en compañía, este sendero de ascenso a la Plenitud. Es la hora del Sin – Odos: un camino a la santidad, teniendo los mismos sentimientos de Cristo Jesús. (Fil 2,5)

¿Cómo articular Vida Ascendente con la Ecología Integral? El cuidado de la Casa Común comienza por casa. Inscribamos a nuestras “Iglesias domésticas” a la Plataforma de Acción Laudato Si´. Y fortalezcamos la espiritualidad del diálogo intergeneracional para pasar de una cultura del descarte (LS 22, 43, 123, 158) a una cultura del cuidado (LS 229, 231). Una lectura profunda de los numerales 159 a 161 de Laudato Si´ ayudará a comprender la lógica de la donación como clave de Vida que asciende.

Al ritmo sinodal del Adviento litúrgico que coincide con el adviento de todas creaturas que esperan que la COP28 en Dubai, “nos honre y ennoblezca como seres humanos” (LD 59), podemos preguntarnos, ¿Qué tipo de abuela o abuelo queremos ser?  ¿Aquel que derrocha irresponsablemente los bienes de la creación y deja el mundo convertido en un inmenso depósito de porquería (LS 21)? ¿Aquel que encarna la sabiduría entre las tribus indígenas y comunidades afro? (LS 146) Recordemos que al Papa Francisco lo llaman “el Abuelo Blanco” en algunos pueblos amazónicos y que la palabra “presbítero” justamente está asociada a esa autoridad moral de quien enseña a vivir bien.

Seamos abuelos en camino de “conversión ecológica integral”, renovados como Nicodemo por el Agua y el Espíritu para asumir, con responsabilidad y la alegría del Evangelio, la misión pues “cada generación ha de hacer suyas las luchas y los logros de las generaciones pasadas y llevarlas a metas más altas aún. Es el camino. El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día» (LD, 34)

Para enfrentar el cambio climático necesitamos un cambio humano y para ello requerimos un cambio cultural que sólo puede provenir de un profundo cambio espiritual. Sigamos ascendiendo, paso a paso, dejando a nuestros nietos las semillas de la sabiduría para que florezca el jardín del mundo. !Laudate Deum! Alabemos a Dios cuidándonos los unos a los otros como el Buen Pastor nos cuida.

 

Alirio Cáceres Aguirre

Diácono Permanente (Arquidiócesis de Bogotá), Consiliario de Vida Ascendente en Colombia, Asistente de incidencia para América Latina y el Caribe del Movimiento Laudato Si´