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LA NAVIDAD, UN DÍA NOBLE PARA LOS CRISTIANOS.

"Hoy la verdadera paz ha descendido sobre nosotros desde el cielo; desde los cielos llueve dulzura por todo el mundo". (Introducción al Introito de Navidad).

Celebramos el día del nacimiento de nuestro Salvador: la luz ha brillado sobre el mundo. Qué alegría, qué momento de regocijo, qué tiempo tan bendito, porque Dios se hizo hombre y la luz del mundo nació para nosotros. ¡Celebremos con alegría la venida de nuestra salvación y redención, oh, benditos hijos de Dios!  Es un día sagrado en el que la gran luz eterna ha brillado sobre nosotros como nuestra justicia, santificación y redención. Por eso cantamos con San Agustín: " El que se gloría, que se gloríe en el Señor. "

Cantamos con alegría porque este no es el momento de la tristeza, el nacimiento de la vida, la vida que aniquila el miedo a la muerte y engendra alegría, prometiendo, como lo hace, la inmortalidad. Regocijémonos, pues, en esta gracia, para que nuestra gloria sea el testimonio de nuestra conciencia, y para que nos gloriemos, no en nosotros mismos, sino en el Señor.

Esta felicidad es para toda la humanidad, nadie es dejado de lado, porque nuestro Señor no encontró a nadie libre de culpa cuando vino a poner fin a la muerte y al pecado, de modo que se convirtió en "redención" para todos. Alégrense los santos, porque se apresuran a recibir sus coronas; que se alegren los pecadores, porque él ha obtenido su perdón; Que los gentiles se animen, porque están llamados a la vida. Es felicidad para todos.

El Hijo de Dios asumió nuestra naturaleza humana en algún momento para reconciliar al hombre con su creador. Así, el diablo, el padre de la muerte, es vencido por la misma naturaleza humana que había conquistado.

Unámonos a todos los ángeles que han cantado "Gloria a Dios en el cielo" y proclamemos "paz a nosotros, hombres de buena voluntad". Regocijémonos todos, humanos como somos, en esta misteriosa empresa del amor divino.

Como nosotros, los mayores, pertenecemos a Cristo, somos por lo tanto la posteridad de Abraham, los herederos que él prometió, y por lo tanto debemos dar gracias a Dios Padre por tener misericordia con nosotros y por ofrecernos una nueva vida a través de Cristo y así reafirmar nuestra nobleza en Él. ¡Feliz Navidad!

Padre Gregory Mashtaki

Consejero espiritual para el África de habla inglesa