Fomentar las relaciones intergeneracionales
La pandemia que estamos sufriendo estos años 2021 y 2022 se ha llevado a muchos de nuestros mayores y ha cambiado nuestra manera de relacionarnos. Nos encontramos más solos y aislados, pero debemos mantener la esperanza para salir con energía de esta situación con un espíritu renovador.
Renovación supone conectarse de nuevo con la sociedad e incorporar a las nuevas generaciones de mayores que llegan a la edad provecta con un bagaje cultural distinto al nuestro.
En estos años, la Iglesia, atenta la evolución de la sociedad, nos ha procurado orientaciones en los principales eventos relacionados con el apostolado seglar, entre ellos:
- Congreso sobre el Apostolado del Mayor “La riqueza de los años”. Celebrado en Roma en enero del año 2020.
- Congreso sobre el apostolado laico “Una Iglesia en Salida”. Celebrado en Madrid en febrero del mismo año.
- Quinto aniversario, el 19 de marzo, de la publicación de la Exhortación Apostólica “Amoris Laetitia”: en esta ocasión el Papa Francisco lanzó, hasta junio de 2022, “El Año de la Familia”, bajo el patrocinio de San José, junto con una propuesta de 12 itinerarios.
En todos ellos se nos anima al fortalecimiento del apostolado de la persona mayor y a la renovación mediante la promoción de las relaciones intergeneracionales, especialmente dentro de la familia.
Vida Ascendente ya es apostolado de la persona mayor y se ocupa de que el papel de los mayores sea tenido más en cuenta dentro de la Iglesia promoviendo la creación de dicasterios del Apostolado de la Persona Mayor en cada diócesis.
Ahora debemos fortalecer las relaciones intergeneracionales como expresión del espíritu renovador con el que debemos salir de la crisis de soledad producida por la pandemia.
Con este objeto, nuestro presidente y yo comenzamos a visitar colegios como el Juan Pablo II de Parla, donde se celebra el día de los abuelos, proponiendo que Vida Ascendente se una a esta celebración y se promuevan los encuentros entre nietos y abuelos. También mantuvimos un encuentro con Don Ginés, obispo de Getafe, proponiéndole la organización de encuentros intergeneracionales al fin de la pandemia. En ambos encuentros la acogida de esta propuesta fue motivadora y don Ginés nos puso en contacto con el delegado diocesano para la enseñanza.
¿Qué esperamos de estos encuentros?: Revitalización y renovación.
Revitalización tendiendo lazos entre las miradas al futuro de los jóvenes y las miradas al pasado de los mayores. Enlazar las esperanzas de los primeros y las lecciones aprendidas de los segundos, las ilusiones para el futuro de los primeros y las satisfacciones de la obra bien hecha de los segundos.
Renovación no haciendo exclusivos a los miembros de Vida Ascendente estos encuentros entre generaciones, sino abriéndolos a todas las personas mayores que se interesen por ellos. Esto fomentará la participación de la nueva generación de mayores que, como hemos indicado viene con un bagaje cultural distinto y con los que necesitamos conectar para renovarnos.
Necesitamos ideas para que estos encuentros despierten el interés mutuo entre ambas generaciones. En el congreso de Roma, Maria Voce, presidenta de los Focolares, nos habló acerca del diálogo entre generaciones y resaltó los caminos a recorrer en el diálogo intergeneracional dibujados por el Papa en el sínodo de los obispos:
- “Un primer paso en la dirección de la escucha es liberar nuestras mentes y nuestros corazones de prejuicios y estereotipos”.
- “Los adultos deben superar la tentación de subestimar la capacidad de los jóvenes y juzgarlos negativamente”
- Los jóvenes, por su parte deben: “superar la tentación de no escuchar a los adultos y de considerar a las personas mayores ‘cosas antiguas, pasadas de moda y aburridas’”
- Los adultos deben no absolutizar su experiencia recurriendo al lema ‘siempre se ha hecho así’ que induce a su vez a los jóvenes a ir por el camino contrario, porque sienten que ese inmovilismo no les interpela
- Cada época de la vida espiritual tiene sus bellezas. Las bellezas son diferentes
A la vista de esta cooperación entre movimientos de apostolado y encuentros entre generaciones, pienso en el dogma del Cuerpo Místico tan profundamente expuesto en las epístolas de San Pablo. Somos miembros de un mismo cuerpo, Jesucristo es la cabeza, el Espíritu Santo es su alma vivificante y cada miembro tiene su misión.
Quisiera terminar con un bello poema de Santa Teresa de Calcuta sobre la trasmisión de los valores entre generaciones, que me dedicó mi hija en el día del padre:
Ensañarás a volar, Pero no volarán tu vuelo; Enseñarás a soñar, Pero no soñarán tu sueño; Enseñarás a vivir, |
Pero no vivirán tu vida; Sin embrago, en cada vuelo, En cada sueño, en cada vida Permanecerá siempre La vuelta del camino enseñado |
Jaime Tamarit
Vicepresidente de Vida Ascendente (España)